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sábado, 18 de julio de 2015

"El Hobbit" Libro vs. Película


¡Hola lectores y lectoras! Hoy voy a hablar sobre el famoso libro “El Hobbit” de J.R.R Tolkien y el destrozo (a mi parecer) de las adaptaciones cinematográficas que tardas más en ver que en leer la novela.

Os advierto que lo que vais a leer a continuación es un poco ”hard core”, así que si sois muy fans de esta serie de películas, tomároslo con calma, retroceded lentamente si pensáis que os va a molestar mi opinión y no entréis en pánico. Si vais a continuar, adelante, pero quedáis avisados.

Empezaré diciendo que “El Hobbit” que leí me resultó un libro muy agradable de leer, corto y original, ligero y entrañable. En definitiva, su lectura fue una aventura maravillosa con la que conseguí escapar del mundo real y sus problemas y complicaciones para sumergirme en las maravillosas montañas, valles, bosques y caminos de La Tierra Media. Además salí de ella con valiosas lecciones como la lealtad, amistad o no dejarse llevar por la avaricia.

Bien, pues continuaré diciendo que “El Hobbit” que vi me resultó una película muy desagradable y sangrienta, larga y repetitiva, pesada y gore en exceso. En definitiva, verla fue una aventura terrible con la que deseaba volver al mundo real y su tranquilidad y normalidad para salir de ese agujero negro de orcos, trasgos y más orcos (muchos muchos, MUCHOS más orcos) que es La Tierra Media. Además me dejó valiosas lecciones como: “Si eres un elfo guapo nunca nada malo te pasará, salvarás a pobres humanos, caminarás por el aire, y matarás orcos más fuertes, grandes y terroríficos que tú de dos en dos. Todo eso sin despeinarte.” o “Si viene un ejército armado de orcos mutantes nacidos del corazón de las entrañas de Mordor y tú eres un pobre Hobbit, bajito y bonachón, que el único cuchillo que has empuñado en tu vida es el de untar mantequilla, tranquilo, que aunque recibas fuertes golpes, caídas, puñaladas y dardazos impregnados en veneno mortal, no morirás, pero a puñetazo limpio eliminarás a los orcos del mapa”
Hay algo bueno que destacar a pesar de todo lo dicho anteriormente: los paisajes y en general los
efectos especiales. Esos prados verdes y montañas tremendas y nevadas son lo único que me ha recordado a la esencia de la novela. También tengo que destacar el maquillaje y vestuario, como los actores elegidos (Martin Freeman.... creo que le amo más como John Watson, pero haciendo de Bilbo está increiblemente bien)

Lo que me molesta no es que la adaptación sea (según mi opinión) mala y tremendamente exagerada, tampoco que hagan tres películas interminables para un solo libro de no más de 300 páginas. Ni siquiera que hayan omitido partes geniales y se hayan inventado otras sin sentido. Lo que más me molesta es que gracias a estas películas mucha gente se olvide de leerse el libro.

Conozco a mucha gente así. Muy buenos amigos míos me han dicho (después de ver la película) que ni se les ocurre acercarse al libro. Desde aquí quiero decir que yo misma he pasado por esa situación, y también que no podía haber estado más equivocada. Empecé a ver las películas cuando las estrenaron en el cine. Así, durante las tres últimas vísperas de navidad he estado yendo al cine a ver “El Hobbit” con mi padre. Éste se leyó el libro después de la primera película y se quedó helado. Me lo recomendó tanto o más como lo estoy haciendo yo ahora mismo, pero, después de ver tres horas de orcos, enanos y demás criaturas agonizando en la última película, yo no estaba segura. Pero él siguió insistiendo. Ahora solo puedo agradecérselo.

Así que no os dejéis influenciar por estas adaptaciones tan... llenas de orcos (?) y adentraros en La Tierra Media cuanto antes. En la real. En la de Tolkien.

Puede ser que a ti te hayan gustado las adaptaciones y no hayas leído el libro. En este caso, por favor, léelo. Ahora. Seguro que se convierte en uno de tus favoritos.


Bueno, eso ha sido todo por hoy. Nos leemos en la próxima entrada y hasta entonces... ¡Que la suerte esté siempre de vuestra parte! Y recordad: No leemos porque no tengamos vida, leemos porque decidimos tener más de una.




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